Los cepillos de pelo clásicos suelen estar compuestos por una combinación de materiales: plástico para el mango y la base, caucho para el cojín central y cerdas sintéticas o naturales (nylon, cerdas de jabalí). Esta combinación dificulta mucho el reciclaje.
Para que un objeto pueda reciclarse, debe estar fabricado preferentemente, con un solo material o poder desmontarse fácilmente. No es el caso de los cepillos: suelen estar pegados o moldeados en una sola pieza. Como resultado, el cepillo de pelo no es reciclable a través de las vías habituales, aunque algunas piezas (como el mango de plástico) podrían serlo en teoría si estuviesen separadas.
La respuesta es sencilla, aunque poco satisfactoria: el cepillo de pelo acaba en la basura de no reciclable, directamente en tu bolsa de residuos de baño. No va al contenedor amarillo, porque, como hemos visto, no puede reciclarse de forma convencional.
¿Y los pelos atrapados en el cepillo? Tampoco siempre es fácil saber qué hacer con ellos. Pero buena noticia: el cabello es compostable. Es rico en nitrógeno y se descompone lentamente. Si dispones de compostador doméstico, puedes depositarlos allí. En caso contrario, puedes tirar esos cabellos en la basura no reciclable. Lo mismo vale para pelos de barba, uñas u otros desechos biológicos.
Los cepillos de pelo eléctricos (o térmicos) contienen elementos electrónicos y, a menudo, baterías. Por ello, deben depositarse en los puntos de recogida de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE). Es decir:
Nunca los tires en la basura normal ni en el contenedor amarillo: contienen componentes contaminantes que deben tratarse en instalaciones especializadas.
Aunque los cepillos de pelo convencionales no se puedan reciclar y acaben en la basura no reciclable, existen alternativas más responsables. Algunos fabricantes ofrecen cepillos enteramente de madera, sin plástico ni metal, a veces incluso con cerdas vegetales. Estos modelos son más duraderos, en ocasiones compostables (si no llevan tratamientos químicos), o al menos, más fáciles de desmontar. Marcas como Dasos ofrecen este tipo de cepillos.
Por último, piensa en prolongar la vida útil de tu cepillo: una limpieza regular puede evitar que las cerdas se deterioren demasiado pronto y retrasar el momento de reemplazo. Solo necesitas: un poco de agua caliente, jabón suave, vinagre blanco y un poco de esfuerzo. Esto vale tanto para los cepillos de pelo como para los cepillos de barba, que están compuestos de materiales similares.
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