Cuando llega el invierno, y con él los fuegos de chimenea, de estufa de leña o insertable, muchos hogares ven acumularse un volumen no despreciable de cenizas. En España, la calefacción con biomasa sigue siendo muy frecuente: según datos más recientes basados en el estudio del IDAE: Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, sobre uso energético de biomasa, biogás y residuos, mas de 2,5 millones de hogares españoles utilizan biomasa como fuente de energía, con aproximadamente 1.310.973 en áreas rurales y 1.238.271 en áreas urbanas.
Así, para una familia media, la cantidad de cenizas producidas puede realmente convertirse en un tema de gestión de residuos. Sin embargo, muchas personas aún ignoran dónde tirar estos residuos: ¿en qué cubo tirarlos? ¿Pueden valorizarse?
La regla general para las cenizas de chimenea es bastante simple: deben tirarse en la basura doméstica, y evidentemente no en el contenedor de reciclaje selectivo. Sin embargo, se imponen algunas precauciones por razones de seguridad e higiene:
Primero hay que dejar que las cenizas se enfríen completamente, idealmente 48 horas o hasta que estén frías al tacto.
Utiliza un cubo o una caja de metal cerrada, colocada sobre una superficie no inflamable, para almacenarlas.
No mezcles las cenizas con productos inflamables o residuos potencialmente peligrosos (plásticos, disolventes, etc.).
Una vez frías, tíralas en tu bolsa de basura doméstica, conforme a las instrucciones de tu colectividad.
Además de la basura doméstica, las cenizas de madera (procedentes de una madera no tratada y totalmente quemada) pueden resultar útiles para el jardín, la limpieza e incluso el compost.
Sí, siempre con moderación y tomando algunas precauciones. Las cenizas de madera contienen minerales interesantes (calcio, potasio, sílice, oligoelementos), y pueden ser beneficiosas para los suelos. Aquí está el buen método para utilizar las cenizas de chimenea como abono:
Tamiza las cenizas para retirar los trozos de carbón o de hollín.
Esparce una dosis moderada, aproximadamente 70 a 100 g/m² (es decir, 1 a 2 puñados por m²) es suficiente.
Hazlo en el momento adecuado: a finales de invierno o a principios de primavera, antes de las siembras o plantaciones.
Este abono puede favorecer la floración, la fructificación y el crecimiento de las hortalizas, flores o arbustos frutales.
Sí. Las cenizas tamizadas pueden usarse para:
Limpiar cristales: aplicándolas sobre un paño húmedo como abrasivo suave.
Fabricar detergente casero: calentando cenizas en agua se obtiene una solución alcalina que, con aceite vegetal y glicerina, sirve para jabones.
Encontrarás más detalles sobre este DIY en el sitio del Ayuntamiento de Hornachuelos.
Sí, bajo ciertas condiciones, es posible añadir una parte de las cenizas de madera en tu bolsa de compost. Pero atención: no es automático y depende mucho de la naturaleza de tus cenizas y de lo que hayas previsto para tu compost. Aquí están los puntos clave a tener en mente:
Cenizas de madera « pura » únicamente: solo las cenizas procedentes de una madera natural, no tratada, sin resina ni productos tóxicos, son eventualmente utilizables para el compost. Las cenizas procedentes de combustibles pintados o tratados químicamente deben excluirse.
Cantidad moderada: las cenizas tienen un pH elevado (son alcalinas). Echar demasiadas podría perturbar el equilibrio ácido-básico del compost y perjudicar la actividad de los microorganismos esenciales para la descomposición. Lo ideal es añadir solo una pequeña cantidad.
Mezclar bien con las otras materias: para evitar un efecto « localmente alcalino », es mejor mezclar las cenizas con materias ricas en carbono: residuos vegetales, hojas muertas, papel o cartón no impreso, etc. Esto permite diluir el efecto de las cenizas y mantener un buen equilibrio.
Las cenizas producidas por las estufas o calderas de pellets pueden, en principio, tratarse de la misma manera que las de madera tradicional: una vez frías, deben tirarse con la basura doméstica.
Al igual que la biomasa tradicional, las cenizas de pellets contienen minerales útiles y pueden valorizarse en jardín, limpieza o bricolaje. Con la condición de respetar las mismas instrucciones: ceniza clara, fina, de madera no tratada, enfriada. Notemos que las cenizas de pellets también contienen minerales útiles (calcio, potasio, etc.) y pueden utilizarse como enmienda o limpiador.
Las cenizas de chimenea o de estufa de leña pueden convertirse fácilmente en un recurso doméstico útil. Tanto si eliges tirarlas como reutilizarlas, lo esencial es hacerlo con total seguridad (enfriadas, en un cubo de metal cerrado, y clasificadas correctamente).
Si tienes un jardín, un huerto o incluso plantas en maceta, un uso moderado como abono natural puede ser beneficioso. Para el mantenimiento de la casa, la ceniza puede servir para limpiar sin productos químicos, e incluso para fabricar un detergente casero. Esto se inscribe plenamente en un enfoque cero residuos.
Por último, otros residuos plantean preguntas similares: por ejemplo, la cera de vela, un residuo que no siempre se sabe dónde tirar.