Las bandejas de marisco forman parte de los placeres imprescindibles de las fiestas navideñas y de fin de año. Ostras, mejillones, vieiras… tantos manjares que tienen un punto en común: una vez degustados, dejan detrás una cantidad impresionante de conchas. Muchos hogares se preguntan cuál es la manera de deshacerse de ellas correctamente. Las instrucciones no siempre son evidentes, y los moluscos figuran entre esos residuos que nunca se sabe realmente en qué contenedor tirarlos.
En casa, la regla sigue siendo simple: las conchas de ostras, de mejillones y de vieira deben tirarse con los residuos domésticos, en el contenedor gris oscuro. Estos residuos no deben ir al contenedor de reciclaje, porque no son reciclables.
Para reducir molestias, es recomendable escurrirlas antes de tirarlas y colocarlas en una bolsa bien cerrada para evitar olores. También puede usarse una bolsa de basura antiolor eligiendo una bolsa de basura Devora Olor.
No conviene depositarlas a granel en el compost doméstico, salvo que se trituren muy finamente y en pequeñas cantidades, algo poco habitual en un hogar estándar. Por lo tanto, en la mayoría de los casos, el contenedor de residuos domésticos sigue siendo la opción más adecuada.
Estos últimos años, iniciativas locales y profesionales se han desarrollado para valorizar las conchas, sobre todo en las zonas costeras. Algunos municipios instalan, en periodo de fiestas, contenedores específicamente destinados a la recuperación de las conchas. Luego se lavan, se trituran y se transforman en materiales útiles, como enmiendas agrícolas, soportes para la acuicultura o áridos para la construcción.
La cadena profesional también desempeña un papel clave. Por ejemplo, la empresa Abonomar, ubicada en A Illa de Arousa (Pontevedra, Galicia), es uno de los principales actores del reciclaje de conchas en España. Recoge y transforma conchas marinas en productos minerales destinados a la agricultura, la industria o el mantenimiento de los estanques. Aunque su actividad se centra en aportes de la industria conservera, pescaderías y restauradores, algunas colectividades colaboran con ella para ofrecer a los particulares soluciones de valorización. Lo ideal sigue siendo informarse en tu ayuntamiento o en la mancomunidad para saber si existe una recogida así cerca.
Incluso sin acceso a una cadena especializada, es posible darles una segunda vida:
Las grandes conchas de vieira, una vez limpias, pueden convertirse en bonitas copitas decorativas o en soportes para velas.
Las conchas de ostras, por su parte, pueden integrarse en proyectos de decoración o de bricolaje, como mosaicos, marcos o elementos de jardín. Su textura mineral ofrece un resultado original y natural.
Estas reutilizaciones requieren un poco de tiempo. Si no desea dedicarle tanto tiempo, tire estos residuos en su bolsa especial para cubo alto o una bolsa Perfumada de cocina.
Las conchas de marisco forman parte de esos residuos que siempre se duda en separar, a menudo por falta de información. A falta de una recogida específica, deben ir al contenedor gris oscuro, pero existen cadenas locales y merecen ser conocidas. Y si se desea reutilizarlas en casa, varias opciones se le ofrecen, a condición de estar dispuesto a dedicarle un poco de preparación.
Por último, estas preguntas recuerdan otras sobre algunos residuos alimentarios. Por ejemplo: ¿qué hacer con las cáscaras de huevo? A diferencia de las conchas de ostras, pueden incorporarse sin dificultad al compost doméstico.