BUENAS PRÁCTICAS

Los nuevos rostros de la cosmética

Productos de belleza, productos de higiene, productos para el cuidado del cuerpo, productos para el cuidado del cabello... Todos tenemos muchos productos cosméticos en nuestros armarios de baño. Son muy útiles en nuestra vida cotidiana, pero también son una fuente de muchos residuos, que podemos reducir fácilmente gracias a algunos gestos sencillos.

 

El primer ejemplo son los productos de un solo uso, como los bastoncillos de algodón o las toallitas y discos de algodón desechables. Ahora hay muchas soluciones reutilizables que son sustitutos perfectos.

 

En lugar de bastoncillos de algodón, puedes adoptar el Oriculi, este objeto japonés reutilizable hecho de madera para limpiar tus oídos.

 

Y en el caso de las toallitas y discos de algodón desechables, puedes sustituirlos por guantes o toallitas desmaquillantes reutilizables.

 

Además del algodón, que es un recurso que consume energía, estos pequeños objetos que tiramos cada día pueden caer en la red de reciclaje y acabar en el fondo del océano la mayoría de las veces.

 

Lo mismo ocurre con los cepillos de dientes. Hoy en día, los cepillos de dientes fabricados con materiales naturales como la madera o el bambú están disponibles en todos los supermercados. Optar por cepillos de dientes responsables ayuda a reducir la contaminación marina, ya que son uno de los tipos de residuos más comunes que se encuentran en los fondos marinos.

Main d’un client tenant une brosse à dents en bambou en boutique

Para los productos de higiene, como el gel de ducha o el champú, prueba a comprarlo a granel (véase el artículo) con botellas rellenables que reducen los envases y el plástico. Los productos sólidos son también una alternativa impactante e igualmente eficaz en términos de higiene. Los champús, los geles de ducha, los dentífricos y los desodorantes se encuentran ahora fácilmente en versiones sólidas, incluso en tu supermercado local.

Main prenant un savon solide artisanal posé sur un support en bois

Esto puede sorprenderte, pero algunos residuos del baño pueden ser compostados. Los pelos del cepillo, los recortes de uñas, las esponjas vegetales, los algodones, los discos desmaquilladores o incluso los cepillos de dientes de madera son orgánicos y, por tanto, compatibles con el desarrollo de su compost.

Finalmente, una última forma de adoptar una rutina más responsable es favorecer los envases reciclados y reciclables, sin olvidar tirar los productos -incluso los más clásicos- al contenedor adecuado (ver artículo).

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