¿Qué es la tarificación incitativa de residuos según la Ley 7/2022?

Reducir nuestros residuos es beneficioso para el planeta… y también para nuestro bolsillo. La tarificación incitativa vinculada a los residuos responde a esta lógica, promovida por la Ley 7/2022 de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular, en vigor desde abril de 2022. Su finalidad es clara: modificar nuestros hábitos de consumo para limitar la generación de residuos y fomentar el reciclaje. 

La ley establece un sistema de tarificación más justo, en el que cada hogar pague en función de lo que realmente desecha.  Se espera que, para abril de 2025, todos los ayuntamientos españoles hayan implantado este modelo, lo que afectará a más de 47 millones de personas que residimos en el país.

La tarificación incitativa - también llamada tasa o tarifa incitativa - es un sistema que factura a los hogares en función de la cantidad real de residuos generados. A diferencia de las tasas fijas, este modelo se basa en el principio de “quien contamina paga”: cuanto más residuos se generen, más se paga. Su objetivo es fomentar la responsabilidad individual, el compostaje doméstico y la separación correcta de los residuos.

Este sistema se aplica principalmente a nivel municipal, y puede adoptar distintas formas:

• facturación según el peso de los residuos depositados;
  
  
• facturación según el volumen, en función del tamaño del contenedor;
  
  
• o facturación según el número de vaciados del contenedor.

Cada vez más municipios la adoptan, sobre todo en zonas periurbanas y rurales. Los vecinos suelen recibir una tarjeta o un chip incorporados en los contenedores, que permiten contabilizar su uso. Esta práctica está regulada por los articulos 74 a 81 de la Ley 7/2022 de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular, en sus artículos 74 a 81, que sientan las bases para su correcta aplicación.

Es común confundir estos dos términos, aunque en realidad se refieren a formas muy distintas de financiar la gestión de residuos.

• La TEAR (Tasa de Enlace de Aseo y Recogida) es un impuesto local calculado en función del valor catastral de la vivienda. Esto significa que no tiene en cuenta la cantidad de residuos generados. Dos hogares con producciones de basura muy distintas pueden pagar lo mismo, lo que muchas veces se percibe como injusto.
  
  
• La REAR (Régimen de Enlace de Aseo y Recogida), en cambio, está directamente vinculada al uso del servicio. Puede ser una tarifa fija o incluir una parte variable según el uso. En su versión más avanzada, se convierte en una REAR incitativa (REARi), incorporando una parte proporcional al volumen o frecuencia de los residuos generados..
  
  

En otras palabras, la TEAR es un impuesto fijo, mientras que REAR permite aplicar una tarificación incitativa adaptada al comportamiento real del hogar. Este último modelo es el que promueve la ley para lograr una gestión más justa y eficiente.

Los datos muestran que este sistema de tarificación puede tener un impacto muy positivo. Según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), las entidades que han implantado la tarificación incitativa han observado:

• una reducción del 30% al 50% de los residuos no reciclables;
  
  
• un aumento significativo de la recogida selectiva, especialmente de envases;
  
  
• una mejora en el compostaje doméstico;
  
  
• e incluso, en algunos casos, una estabilización o disminución de los costes totales de gestión de los residuos.

Gracias a estos resultados, la tarificación incitativa se consolida como una herramienta clave para lograr los objetivos de la Ley 7/2022, que busca reducir en un 10 % los residuos domésticos para 2030.